Por Luciana Bornand

El programa tiene como objeto descubrir deportistas con características especiales para el deporte elite y posibilitarles un plan de trabajo formativo para que así puedan desarrollar su potencial de acuerdo a su edad biológica.  Está avalado por el ENARD y la Confederación Argentina de Taekwondo.
 

Según explicó el correntino Sebastián Crismanich, el cual fue el único argentino en lograr colgarse la medalla dorada en los Juegos Olímpicos Londres 2012; la iniciativa surgió de su propia experiencia: “De que atletas del interior del país puedan llegar y surgir, como potencias no sólo a nivel nacional sino en el mundo”.
 

La principal búsqueda es darles la oportunidad a todos los que sueñan con ser parte del pre-seleccionado argentino, y que puedan realizarlo: “Creo firmemente que hay otros como yo, ocultos en nuestro país. La cuestión es que el sistema, pueda descentralizar y que llegue a pequeñas ciudades y pueblos”, agregó Crismanich.
 

En la jornada realizada en la localidad cordobesa, participaron cerca de 150 taekwondistas entre 7 y 17 años de edad. En cada campus, él puede notar la gran motivación e ilusión en los participantes, entrenadores y padres. Además considera que esto beneficia mucho al Seleccionado Argentino, nutriéndolo de mayor cantidad de atletas con más calidad.
 

Además de contar su experiencia de vida, junto a su hermano Mauro (medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Taekwondo 2009), de dar pautas y conceptos, aunados evaluaron la técnica, los movimientos y las cualidades físicas de los inscriptos.
 

Precisamente, su rol es descubir y enmarcarlos en un proceso: “A los deportistas detectados por medio de evaluaciones básicas, se les da un plan general de entrenamiento y se les realiza un seguimiento”, indica el Programa Nacional de Talentos, Detección y Formación de Taekwondo.
 

El mismo,  tiene tres etapas: detección, captación y selección de talentos: “Los chicos seleccionados tanto en Córdoba como en otras regiones, van a entrar dentro de un campus nacional donde se va a volver a hacer un filtro, luego pasarían a formar el pre- Seleccionado Argentino. Todos los que clasifiquen, van a ir siendo capacitados y evaluados constantemente para ver la evolución y así poder potenciar lo mejor de ellos para que lo contagien en cada una de sus ciudades y provincias”, detalló Sebastián.
 

En cuanto a lo personal: “Cuando veo a tantos chicos jóvenes que quieren convertirse en un próximo medallista olímpico por lo que yo he conseguido, me genera mucho orgullo, muchas expectativas y también un compromiso para con ellos de poder dar todo y lo mejor de mí en el día a día y así, allanarles el camino y acompañarlos”, expresó.
 

En agosto se cumplieron seis años de que el mundo del taekwondo argentino se revolucionara con la medalla que cambió la historia del deporte en el país. Hoy, Sebastián Crismanich se dedica a: “Sembrar valores para cosechar sueños”. Esto incluye los campus de entrenamientos, charlas para empresas o diferentes tipos de entidades, clínicas, seminarios y clases de taekwondo.
 

“Es una nostalgia que se acrecienta a medida que van pasando los años, cada vez que voy dimensionando lo que he logrado, me cuesta más creerlo.  O entender que es una realidad y no sólo un sueño”,  reveló el campeón.  El esfuerzo, la pasión y el amor al deporte que se convirtió en un hecho, hoy está volcado a generar y poder transmitir no sólo en palabras sino en acciones la posibilidad de que otros vivan el sueño de ser olímpico.