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Córdoba, 22 de junio 2018

Misionero del deporte

La participación de Pablo Pomata en el Campeonato del Mundo de Paratriathlón, Besancon, Francia lo clasificó en los diez mejores del mundo. Un ACV a los 21 años le cambió la vida, y hoy hace historia en el deporte.

Por: Luciana Bornand.

“Coupe du mode, version paratriathlon”
, titulaba un diario francés donde el cordobés oriundo de Villa Carlos Paz ocupa una carilla. 750 metros de natación, 20 km de bicicleta y 5 km de marcha atlética son las distancias recorridas alrededor de la base de Osselle para estos campeones de la vida.

El paratriatlón es una disciplina que consta de tres deportes: natación, atletismo y ciclismo. “¿Por qué elegí este deporte? Porque es difícil y me gusta porque es difícil”, responde Pablo que se considera a sí mismo un “misionero en el deporte”. Su hermano, triatleta, fue diagnosticado con una enfermedad terminal. Sus comienzos en el deporte fue para motivarlo a él, y como auto-superación luego del accidente que casi lo dejó al borde de la invalidez: “Fue así que volví a trotar, aprendí a nadar y a andar en bicicleta. Hoy soy múltiple campeón cordobés, argentino y estoy en entre los diez mejores del mundo”, reflexiona.


El accidente me hizo dar cuenta que en la vida hay un para qué. No existen problemas sino oportunidades de crecimiento. Aprendí que tenía que sacar lo mejor de mí mismo. Esta situación no me dejó otra alternativa que explotar el potencial que no sabía que existía, todo lo que acontece, es para bien”, puntualiza.

Su renacer a esta vida fue motivado para ayudar a personas con discapacidad: “Todo es posible con fe, voluntad y determinación; no hay imposible. Los límites son mentales”, asegura luego añade: “La fe sin obras está muerta. Ellos también pueden hacerlo. Los sueños están para cumplirse pese a la situación que pase”.

El Campeonato del Mundo de Paratriathlón, se realizó el 16 de junio, en Francia. “Esta experiencia fue muy emotiva, sobre todo que del otro lado de mundo, valoren tu esfuerzo”, remarca. Sin embargo, poder viajar a Europa fue un gran sacrificio, como lo es para la mayoría de los atletas: “No contamos con el apoyo ni de Carlos Paz ni de Córdoba con fondos para poder viajar. Te dan cosas muy limitadas. Se costean con amigos, esfuerzo personal y sponsors. Cuesta mucho conseguirlos y es más agotador que entrenar”, critica. Ante esta realidad, Pablo propondrá un proyecto de ley que posibilite los medios para los deportistas.

Estar en esa carrera tan especial con campeones olímpicos, con los mejores del mundo es como estar jugando un partido con Pelé, Messi y Ronaldinho”, señala entusiasmado. “Es una bendición muy grande”, una oportunidad improbable que le dio la vida luego de que los médicos le dijeran que jamás podría hacer deporte de nuevo y menos a alto nivel: “Es un honor y una gran responsabilidad dar este mensaje de fe. La obra de una persona que pudo cambiar su vida”.

“Yo amo a Jesús”, reza su remera y el deporte se convierte en una  excusa para compartir su fe y su enseñanza de vida: “Él me impulsa a hacer lo que hago.  Soy el primero en Argentina en la categoría PTS5 de correr un Campeonato Mundial en Europa. Yo voy a hablar de la fe y de la divinidad. Cuando lo dejas entrar, te cambia la vida”, señala.

En este Campeonato en Francia,  ver personas sin manos, sin piernas o con limitaciones físicas cómo le dijeron sí a la vida. Ellas son un ejemplo para cada país, son motivadoras. El miedo es lo contrario al amor”, destaca Pablo.

Súperhumanos, así define a los compañeros atletas que compitieron con él: “Estas personas son súper atletas no son seres con discapacidad sino con capacidades extraordinarias. La única discapacidad que veo es la persona que no sabe amar”, cierra Pablo, el primer cordobés, argentino y misionero del deporte en hacer historia en el paratriathlon.

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Auspicia

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