La discapacidad según la OMS (Organización Mundial de la Salud) es toda restricción o ausencia (debido a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano.

 

Por Camila Castellanos

El 3 de diciembre es una fecha para difundir y concientizar sobre el poco lugar que aún hoy en día, hasta con leyes sancionadas, se les da a las personas que tienen algún tipo de discapacidad.

Fechas cómo esta son perfectas para ilustrarse y animarse a entrar en el interminable mundo de la discapacidad y entender que no hablamos de una enfermedad ni mucho menos de una limitación.

 

Simplemente, es una manera distinta de ver y vivir la vida y no por eso menos válida, aunque a veces aquellos que dicen llamarse “normales” no lo entiendan y vean a dichos sujetos como extraordinarios que rompen con las barreras impuestas que cada vez son más grandes en una sociedad retrógrada y limitante.

Que no te vendan jamás la mentira de la inclusión, porque es la peor manera de exclusión ya que deja en evidencia un mundo creado para unos pocos en el que quien sale de los parámetros, no tiene lugar.

Si tan sólo las personas pudieran entender que todos tenemos discapacidades (claro... algunas más visibles que otras), se darían cuenta que aquellos que ven como “diferentes”, no son extraordinarios sino que se defienden en la vida con lo que tienen porque no tuvieron la posibilidad de hacerlo de otra manera.
 

Distinto es el caso de aquella persona que adquirió su discapacidad, ya sea por accidente u otro motivo ya que tuvo que cambiar toda su vida y empezar de cero a aprender algunas cosas.

Son muchos los temas a tener en cuenta a la hora de hablar de discapacidad, y otro punto es que no es una sola;sino que hay muchos tipos y que para cada una, existe un tratamiento absolutamente particular que además depende de la persona que la tiene y de lo que estaría bueno informarse antes de tratar con quien la tiene. 

No sirve solo el hecho de poner un día para conmemorarlos mientras ellos deben luchar día tras día, mientras el resto del mundo sigue su curso habitual o crear leyes y normas que ni se respetan ni se hacen respetar.

Seamos coherentes y actuemos acorde a nuestras palabras, y sobre todo, dejemos de sensibilizar a la sociedad creando términos suaves como “persona con capacidades diferentes” a quien tiene una discapacidad ya que así no se le dará nunca la importancia ni la solución que merecen. 

Aceptemos las cosas como son y trabajemos por generar igualdad más que inclusión.